En noviembre de 1992, los presidentes de Serbia y de Croacia decidieron dividir Bosnia entre ellos.
Ello se tradujo en un aumento de los enfrentamientos entre croatas y musulmanes, así como entre musulmanes y serbios.
En ese mes, seis mil tropas de las Naciones Unidas (ONU), fueron desplegadas en Bosnia como ayuda para el mantenimiento de la paz y para asegurar la entrega de envíos de ayuda.
Los soldados de las Naciones Unidas fueron incapaces de actuar, sin embargo, la violencia continuó.
Muchas ciudades se encontraban en un estado de sitio, incluidos los de Sarajevo, Srebrenica y Gorazde.
Hubo escasez extrema de alimentos, agua, combustible y otras necesidades.
Los que optaron por huir, a menudo terminaron en los campos de refugiados con terribles condiciones de vida, los que tuvieron mala suerte los enviaron a los campos de concentración donde las palizas, torturas y asesinatos en masa eran comunes.
Los créditos de la fotografía pertenecen a Lietmotiv